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El desarrollo de la movilidad eléctrica

El desarrollo de la movilidad eléctrica está íntimamente ligado a la producción de energía y la producción industrial, dos temas estratégicos para la comunidad. La presencia de un gran número de vehículos eléctricos en las carreteras requeriría un aumento significativo de la producción eléctrica, utilizando fuentes verdes para asegurar un impacto positivo en el medio ambiente.

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Al mismo tiempo, las baterías se convertirían efectivamente en pequeños depósitos que podrían suavizar la producción de electricidad a lo largo del tiempo, con posibles ganancias económicas para el titular de la batería. En cuanto a la producción industrial de vehículos eléctricos, en muchos países industrializados, la industria automotriz juega un papel importante en la creación de empleo y valor.

Hemos definido los desafíos de las políticas públicas para promover la movilidad eléctrica. El objetivo principal del artículo es identificar los objetivos e instrumentos de dicha política, a través de una revisión internacional de resúmenes de políticas, planes de implementación y experiencias prácticas.

El objeto específico de la movilidad eléctrica considerado en este artículo es el coche eléctrico enchufable (tanto el coche eléctrico híbrido enchufable (PHEV) como el coche eléctrico de batería (BEV) que, en lo sucesivo, se denominará colectivamente como EV – vehículo eléctrico, a menos que se especifique lo contrario). El coche sigue siendo hasta ahora el principal modo de transporte en términos de distancias recorridas en Occidente y, por tanto, es el principal contribuyente a las emisiones locales y de CO2.

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El desarrollo de la movilidad eléctrica se aplica también a los carritos de limpieza urbana sostenibles…

Al examinar las políticas públicas, hemos identificado tres sectores distintos: industria, energía, movilidad e infraestructura relacionada. Cada sector está asociado con una escala espacial específica, principalmente nacional para la política industrial y energética, principalmente regional para la movilidad y la infraestructura asociada, pero a veces también para la energía.

Se trata de dos modos de transporte: el coche individual del usuario y el coche compartido de un arrendatario. El resto de este documento está estructurado en cuatro secciones. La Sección 2 presenta una tipología de instrumentos de política en términos de objetivos de política. La sección 3 examina los siguientes ejemplos de política nacional: Alemania, Reino Unido, España, Dinamarca, Francia, Noruega, Estados Unidos, Japón, China e India. También se considera la Unión Europea en su conjunto.

La Sección 4 examina tres proyectos y políticas regionales: el Plan de Entrega de Vehículos Eléctricos de Londres, las Regiones Modelo Alemanas con el ejemplo de Renania del Norte-Westfalia y el proyecto VLOTTE en Vorarlberg, Austria. Finalmente, la Sección 5 analiza las políticas desde una perspectiva de desarrollo sostenible.

La introducción de un nuevo producto de movilidad, como es el vehículo eléctrico, tropieza con diversos obstáculos. Los gobiernos que juegan un papel clave en el desarrollo de un sistema de electromovilidad pueden influir activamente en todo el mercado en el lado de la demanda y la oferta.

Sin embargo, el quid de un informe de la Agencia Internacional de Energía sobre estrategias de despliegue de vehículos de nueva tecnología es que el alcance de los instrumentos de política que influyen en el desarrollo del mercado debe ir mucho más allá de las regulaciones estatales directas tradicionales y los incentivos financieros. Se debe dar prioridad a la gestión de redes, donde el Estado juega el papel de facilitador.

Se deben establecer plataformas que incluyan a todos los actores en el sistema de movilidad para desarrollar una estrategia común y económicamente viable para el despliegue de vehículos eléctricos. Es probable que un enfoque de este tipo lleve más tiempo, pero también sea más exitoso que los programas masivos dirigidos a objetivos independientes seleccionados. Por supuesto, un enfoque de administración de red requiere que existan regulaciones legislativas. Los incentivos financieros pueden desempeñar un papel importante, pero solo complementario.